200g Galletas María | 0,95€ |
100g Mantequilla | 1€ |
900g Queso Crema | 3€ |
250g Azúcar | 0,90€ |
1 Cucharada de Esencia de Vainilla | [Opcional] |
4 Huevos | 0,95€ |
100ml Nata | |
90 g de Harina | |
125g Mermelada de Arándanos | 1€ |
Dificultad: Fácil
Elaboración:
Colocamos las galletas en la picadora eléctrica y trituramos hasta obtener un polvo fino.
Preparamos nuestro molde con un papel vegetal en la base. Agregamos la mezcla de galletas y mantequilla y repartimos por toda la superficie, intentando que se reparta de manera uniforme.
En un cuenco grande, agregamos el queso crema y el azúcar. Con la ayuda de unas varillas, removeremos hasta conseguir que la mezcla sea líquida y sin grumos.
De manera opcional, podemos agregar una cucharada de esencia de vainilla o del sabor que nos agrade.
Ahora es el turno de los huevos. Los añadimos a la mezcla anterior de uno en uno hasta que estén todos bien integrados.
Agregamos la nata y la harina tamizada. Es recomendable mover con la paleta de silicona en vez de con la varilla. Esto nos evitará la formación de burbujas.
Debemos tener especial cuidado con la harina, para que no se nos formen grumos. Aunque es poca harina, podemos agregarla en diferentes tandas.
Llevaremos al horno por espacio de 1 hora a 150ºC, y dejaremos enfriar con la puerta cerrada durante media hora más sin abrir el horno.
Yo aconsejo poner sólo temperatura abajo, colocando la rejilla a la mitad del horno. Hay que tener cuidado de que no se nos queme la base de galletas.
Ese es el resultado al salir del horno. La tarta se había hinchado dentro del horno y al enfriarse progresivamente, se le forma un borde. Dejaremos la tarta enfriar en la nevera tapada con un papel de aluminio hasta la hora de servir.
Justo antes de llevar a la mesa, cogeremos la mermelada y la batiremos ligeramente.
Colocamos sobre la tarta y repartimos bien.
Desmoldamos y a servir!
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